Imagina que te atacan y que tu seguridad, incluso tu vida, está en peligro. Tienes que defenderte. La clave está en atacar las partes más vulnerables del cuerpo, como los ojos, la mandíbula y la ingle. Estas zonas son ricas en nervios y no están protegidas por el hueso. Ten en cuenta que estos golpes pueden causar lesiones graves o incluso poner en peligro tu vida. Utilízalos sólo cuando estés en verdadero peligro.
Pasos a seguir
- Nervio ciático: Este nervio discurre entre la ingle y la rodilla, en la cara interna del muslo. Un golpe fuerte aquí puede causar dolor intenso, mareos y paralizar temporalmente las extremidades del atacante.
- Mandíbula: Golpea la mandíbula con el dorso de la mano. Un golpe en la mandíbula puede dejar inconsciente a alguien, dándote la oportunidad de escapar.
- Bíceps: Golpear el bíceps puede causar dolor intenso y parálisis temporal en el brazo, lo que te da tiempo a liberarte del ataque.
- Bajo la axila: Un golpe fuerte en esta zona puede causar dolor intenso y entumecimiento en el brazo. Un golpe fuerte en el lado derecho puede incluso romper la clavícula. Cuando se fractura la clavícula, ambas manos pueden quedar temporalmente paralizadas, y el atacante puede entrar en estado de shock.
- Ingle: Esta zona está llena de nervios, y un golpe repentino aquí puede desencadenar una reacción grave. Podría incluso romper la vejiga y provocar un shock.
- Ojos: Golpear los ojos puede causar daños permanentes. Incluso una ligera presión en los ojos puede incapacitar al atacante, dándote la oportunidad de escapar. Utilízalo sólo como último recurso.
- Manos: La mano humana está llena de nervios. Si presionas entre los dedos del atacante, éste experimentará dolor, perderá la compostura y es probable que te suelte el brazo.